El director general de Medio Natural y Biodiversidad de la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha, Félix Romero, ha explicado, tras el análisis realizado por los técnicos de la Consejería, que “existe una confluencia de factores que facilitan los daños por conejo a los cultivos agrícolas en esta zona”, destacando tres frentes: en primer lugar, las infraestructuras viarias (carreteras, ferrocarriles) que han favorecido la proliferación de madrigueras en sus taludes y que al tratarse de zonas de seguridad en las que no se puede cazar, son refugio para la especie.
En segundo lugar, los cursos de agua a su paso por terrenos agrícolas que están desprovistos de los bosques de galería y que están convirtiendo algunos tramos fluviales en simples ‘canales’ desprovistos de vegetación, favoreciendo el refugio en ellos de los conejos y por tanto su dispersión. Este aspecto también está unido a los complejos lagunares y otras zonas protegidas con vegetación natural, donde no está permitida la caza y se favorece el desarrollo las poblaciones de la especie.
Y por último, y no menos importante, se constata también la necesidad de implementar medidas agroambientales que permitan generar alimento alternativo para evitar que el conejo de monte genere daños sobre los cultivos.