Los denominados ecoesquemas son uno de los nuevos conceptos más debatidos en la reforma de la Política Agraria Común.
El acuerdo previo de la PAC contempla que se destinará a este régimen de ayudas un porcentaje del 25% del sobre de ayudas directas cada año y durante todo el período. No obstante, los años 2023 y 2024 se considerarán de aprendizaje y se admitirá un porcentaje mínimo del 20%. El dinero no gastado entre este mínimo y el 25% podrá destinarse a otros regímenes de ayuda.
La puesta en marcha de ecoesquemas será obligatoria para los Estados miembros. Los agricultores podrán voluntariamente acceder a este nuevo instrumento para recompensar la adopción de prácticas respetuosas con el medio ambiente y el clima, así como mejoras en el bienestar animal. Los Estados miembros deben asignar al menos el 25% de su presupuesto de apoyo a la renta a los ecoesquemas.
Además, al menos el 35% de los fondos de desarrollo rural se asignarán a compromisos agroambientales, que promuevan prácticas ambientales, climáticas y de bienestar animal.