Las tortugas terrestres, en peligro de extinción 

tortuga terrestre

De acuerdo a un estudio publicado hace dos años por expertos mundiales, actualmente más de la mitad de las tortugas que han sobrevivido en el planeta por al menos 2.000 millones de años, están seriamente amenazadas, pueden extinguirse por una serie de causas. La más importante: su hábitat está siendo destruido, gracias a la acción del hombre, directa o indirectamente.

Según este panel de expertos, la pérdida de hábitat terrestre por negocios tan lucrativos como la agricultura intensiva o de expansión, la tala y pastoreo de ganado que devasta áreas silvestres, son más que suficientes para vulnerar a muchas especies de tortugas.

El estudio que fue divulgado en un artículo de Current Biology, refiere que las principales amenazas que enfrentan estos reptiles ancestrales están asociadas con el cambio climático y distintas formas de contaminación ambiental, pero también sucumben frente a un comercio ilegal de mascotas en ascenso asociado al sector farmacéutico o medicinal y al de alimentos.

El tema del cambio climático y su efecto sobre las tortugas constituye un punto de atención especial para la comunidad científica, que indaga acerca de los cambios sufridos en distintas poblaciones, tarea más complicada dada la gran longevidad de estos reptiles.

Pero obviamente, las sequías, la degradación de los suelos, del hábitat y cambios en los ciclos de agua, así como incrementos en la temperatura de los mares, todos, consecuencia directa del cambio climático, afectan la vida de las tortugas terrestres y acuáticas por igual.

Igualmente, muchas tortugas perecen a causa de la acción depredadora de especies invasoras, especialmente ejemplares jóvenes que no logren llegar a la edad adulta, a pesar de que las tortugas hembra suelen poner huevos hasta casi sus últimos años de vida, lo cual hace que muchas crías sobrevivan y se desarrollen.

¿Cuántas especies de tortugas están amenazadas?

De acuerdo a la información proporcionada en la llamada Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) 187 especies están amenazadas, de las cuales 127 tienen peligro crítico de desaparecer por completo de la faz de la Tierra este siglo XXI, un récord nada halagador.

A pesar de tanta amenaza junta, solo una especie y tres taxones de tortugas se han extinguido en los últimos 200 años, al igual que 3 especies se han salvado con la ayuda de programas de conservación dirigidos a mantener su biodiversidad.

En la exótica Madagascar se halla en peligro crítico de extinción la tortuga más rara del planeta, la tortuga angonoka o Astrochelys yniphora, una especie salvaje bajo protección total que exhibe un caparazón alto repleto de chichones o protuberancias muy llamativas.

¿Por qué la población de tortugas está disminuyendo?

Hay que pensar muy bien en las consecuencias asociadas al acto de sustraer de su hábitat natural a una tortuga hembra, ya que se elimina de un tajo la posibilidad de que una sola madre tortuga pueda poner miles de huevos a lo largo de su vida.

Por eso no es conveniente mantenerlas en cautiverio por puro placer. Si las tortugas hembra se reducen o desaparecen suficientes de un hábitat determinado, la población se desploma, siendo bastante difícil recuperarlas.

Realmente, la naturaleza está llena de depredadores y muchas especies invasoras impactan negativamente a las miles de crías de tortugas, que se convierten en un alimento de muy fácil acceso.

No obstante, la fertilidad de las hembras es muy elevada y eso permite que, a pesar de los peligros, muchas crías puedan sobrevivir.

La contaminación ambiental acumulada es otro factor que las hace vulnerables, a pesar de la larga vida de las tortugas, al punto de que muchas especies acuáticas que viven en el fondo de ríos y lagos sufren una larga exposición a tóxicos y metales pesados que se acumulan en los sedimentos, los cuales reducen la capacidad de supervivencia de estos reptiles de lento metabolismo.

Igual sucede en los terrenos superficiales del planeta. La contaminación de los suelos perjudica la vida de muchas especies animales y vegetales, sin que las tortugas sean una excepción.

Otra causa de disminución y extinción de tortugas se asocia con la proliferación especies invasoras de animales y plantas, porque desencadenas enfermedades, muchos parásitos y se convierten en agentes competidores de las tortugas que luchan por su supervivencia.

Hay virus en franco ascenso, como el ranavirus o el herpes, que han logrado socavar la vida de poblaciones de tortugas.

Otro depredador tremendo es el zorro común europeo, la especie Vulpes vulpes, la cual ha sido introducido en Australia con serias consecuencias para las tortugas nativas.

¿Cuán grave es el comercio ilegal de tortugas a nivel mundial?

Pero todo este desequilibrio en la supervivencia de las tortugas a nivel mundial, lo ocasiona la mano criminal del ser humano.

Por ejemplo, en mayo de 2020 en México las autoridades descubrieron a tiempo una mafia que enviaba ilegalmente tortugas a China. Más de 15 mil ejemplares fueron rescatadas de un comercio inmisericorde que no se detiene a nivel mundial.

Justamente en la isla de Madagascar, una de las zonas más biodiversas del planeta, también se produjo otro decomiso de 11 mil ejemplares de tortugas radiadas o Astrochelys radiata, cautivas en una casa, una especie en peligro crítico de extinción muy cotizada en los mercados ilegales.

De la misma manera, en los mercados de Yakarta, Indonesia, es habitual que se expendan tortugas, por lo que se hizo un operativo donde fueron encontradas 65 especies amenazadas de tortugas que iban a ser vendidas ilegalmente.

Estos hechos revelan que el comercio ilegal de tortugas, especialmente en el este del continente asiático, así como redes que alcanzan Europa, África y Estados Unidos, es una de las causas principales del declive en muchas especies de tortugas.

Se comercian con fines alimentarios, pero también se usan en medicina tradicional y como mascotas, una moda en ascenso especialmente exitosa en Asia, donde las especies raras de tortugas son muy preciadas y costosas, al punto de que muchas se venden por varios miles de dólares. Un símbolo de status absurdo que sacrifica especies raras y populares.

Por ejemplo, en el este de Asia también se acostumbra a cultivar miles de tortugas chinas de caparazón blando, de nombre científico Pelodiscus sinensis, las cuales terminan llevando fuego en las cocinas.

Otra especie vulnerada es la tortuga de caja rayada o Cuora trifasciata, criadas por miles en cautiverio porque son famosas sus propiedades curativas.

Solamente en China existen alrededor de 1500 criaderos de tortugas, muchos de los cuales esconden actividades ilegales que no ayudan a perpetuar las especies.

¿Cómo se puede detener la extinción de tortugas?

Una acción inmediata consiste en proteger los bosques y selvas del planeta, lo que queda del hábitat terrestre de las tortugas.

La comunidad científica advierte en el estudio de Current Biology que la mayor parte de las tortugas podrían preservarse siempre que se blinden sus focos de anidación, los cuales totalizan 16 y cubren el 16% de la superficie terrestre del planeta.

Otra medida urgente consiste en limitar el comercio ilegal de estos simpáticos reptiles, acabando con la venta de especies salvajes para consumo alimentario, es una forma de conservación efectiva a nivel global.

De la misma manera, aun cuando en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITE), existen regulaciones acerca del transporte mundial de especies de tortugas amenazadas, también se han detectado vacíos legales que deben ser subsanados.

Los especialistas también piden la promulgación de nuevas leyes, especialmente en países con una baja consciencia acerca de la vulneración de estos seres milenarios, así como muchas otras especies en peligro de extinción, por culpa de la destrucción de los ecosistemas terrestres y marinos del planeta.

A pesar del panorama sombrío, también es cierto que muchas especies de tortugas se pueden criar y proteger en cautiverio. Justamente, muchos de estos programas han devuelto la esperanza de larga vida a especies tan famosas como importantes. Tal es el caso de la tortuga gigante de La Española, o Chelonoidis hoodensis, habitante ilustre de Las Islas Galápagos.

Caso contrario sucede con la especie más comercial: la tortuga angonoka, porque si mieles de ejemplares salen de los criaderos de protección hacia la libertad, lo más seguro es que sean cazadas por ambiciosos comerciantes.

Por fortuna, la conservación de tortugas marinas ha sido más exitosa, al puto que la anidación se incrementa en la mayoría de las especies marinas amenazadas.

Los expertos señalan como causa fundamental que han mejorado las prácticas pesqueras y se han sancionado leyes y aplicados planes eficaces dirigidos a disminuir la caza y comercio de especies marinas de tortugas.

Tanto es así, que existen programas de preservación de sus huevos, los cuales son recogidos en las playas por organizaciones de cría en cautividad, hasta que crecen y son liberadas en el mar porque ya no son tan apetecibles para otras especies.

La tortuga lora o Leopodochelys kempii y la tortuga de torso diamantino han sido salvadas de la extinción, gracias a programas de conservación exitosos que involucran a los habitantes de las poblaciones locales en la noble tarea de preservar la vida de estos seres tan simpáticos que habitan el planeta desde hace miles de años.

Imagen: PetraSolajova

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