¿Cómo está afectando la sequía a los diversos sectores ganaderos españoles?

La alimentación animal se ha encarecido notablemente

ovino rebaño

Según el último informe del Observatorio Europeo de la Sequía, la UE se está viendo afectada por una ola de calor y una sequía extremas.

La organización agraria COAG ha recogido en su informe de efectos de la sequía en el campo español una detallada situación de cada sector ganadero.

Recogen que, en general, se han producido sobrecostes por un uso mayor de la refrigeración en aquellos sectores más intensificados, una menor tasa de transformación de pienso a carne, menos peso de los animales alcanzado en el mismo tiempo de los ciclos, dificultad de acceso a pastos por la sequía, así como de cultivos de la explotación para aprovechamiento en la alimentación (ensilados)  y necesidad de llevar agua a los animales de extensivo para que puedan hidratarse, puesto que se han secado muchas charcas y puntos de suministro de agua.

La alimentación animal se ha encarecido por el aumento de precio de fertilizantes, combustibles y por la falta de disponibilidad de materias primas. La paja el año pasado estaba a 55€/paquete grande de cuatro cuerdas y este año a 95€. Con la alfalfa ha ocurrido lo mismo pasando de 170€ el año pasado a más de 190€ este año.

Avicultura: los periodos más largos de elevado calor están afectando mucho al uso de energía necesaria para la refrigeración. También afecta a la conversión de pienso a carne (se necesita entre un 5 y un 8% más de pienso para llegar al mismo peso), algo que afecta directamente a las liquidaciones. También se tarda más tiempo en llegar al peso requerido (de 42 a 45 días). En una nave media se podría cuantificar el sobrecoste en unos 1.250 € adicionales sólo en pienso.

Cunicultura: se usa más energía en refrigeración que se suma al incremento de precios (para una nave de 3.000 madres, si se pagaban hasta hace un año 1.900€ de media, ahora se están 2.600 € al mes de consumo energético, un 37% más). Los animales comen menos y llegan a pesos inferiores, por lo que se obtienen menores rendimientos (en estos casos, se habrá aportado menos pienso también).

Porcino: en el caso de granjas de madres reproductoras se ha producido un sobrecoste en la necesidad de usar energía, si bien el impacto es limitado, dado que el 80% de las explotaciones tienen implantación de energías renovables. Además, si hay buena refrigeración el incremento diario de peso de los animales no debería notarse, aunque dado lo elevado del calor, incluso nocturno, se han alcanzado pesos menores al final de los ciclos (5-7 kg por animal), lo que impacta en las liquidaciones percibidas.

También se ha doblado la mortandad por elevado calor (hasta un 6-7%), lo que repercute en los rendimientos e ingresos finales. En granjas de engorde, es habitual que no dispongan de refrigeración (hasta un 50% de las granjas), lo que ha supuesto mayores dificultades para que los animales comieran y desarrollaran su ciclo con normalidad. Este tipo de granjas, que no tienen implantación de renovables tan generalizada, van a tener que realizar inversiones para implantar refrigeración, lo que supone un gasto en inversión y un gasto corriente más por el uso de energía.

Apicultura: severa malnutrición de las colmenas por la falta de lluvias, al no haber alimento a disposición de las mismas, lo que ha llevado a complementar con alimentación, suponiendo un coste adicional. Se espera un 60-70% menos de cosecha, lo que derivará en menores ingresos. Se habla de una situación de supervivencia de las colmenas. A esto hay que añadir, la dificultad de acceso a puntos de agua por parte de las abejas, lo que deriva en la necesidad de trasladar agua a las colmenas, con el consiguiente coste adicional en energía y mano de obra.

Vacuno de carne: aumento del coste para aportar agua al ganado, por falta de disponibilidad de los recursos habituales: gasto en energía y horas de mano de obra para trasladar y suministrar esa agua. Además, en algunos casos se ha tenido que acometer inversiones para la construcción de pozos. Desde el punto de vista de la alimentación, también se están produciendo y se van a producir costes no habituales: hay una recogida de forraje menor (entre un 40-75% menos). Esta situación se repercutirá en unos meses porque esta materia prima está subiendo. Los animales se están comiendo los pastos que se tendría que comer más adelante.

Ovino-caprino carne: menos pasto en el campo y eso supone un encarecimiento en la alimentación. Había pastos en primavera, pero a finales de mayo ya estaban secos. Se podría cuantificar el sobrecoste en alimentación en un 20-25% más que se tiene que comprar. También dificultad para suministrar agua y eso supone un mayor gasto para llevar camión de agua (energía y mano de obra) y no poder llevar el ganado a determinados pastos porque no tienen acceso al punto de agua.

Lácteo: la sequía ha afectado mucho a los pastos, tanto en las cosechas de maíz, como en los ensilados, que han descendido a la mitad, lo que afectará en una mayor necesidad de comprar alimento externo, generando un sobrecoste. Hay una menor dependencia en el uso de energía para ventilación que en otros sectores, lo que implicaría un menor sobrecoste en este sentido, a no ser que se haya puesto ventilación en la explotación, con lo que tendríamos la misma situación que en otros sectores.

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