Castilla y León podría quedarse sin pastos comunales en la próxima PAC

Los que son titularidad de las juntas vecinales y de los ayuntamientos, advierten desde ASAJA

vacas

La Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León ha enviado a las organizaciones profesionales agrarias el proyecto de orden por la que se van a regular las ayudas agroambientales del Plan Estratégico de la Política Agraria Común para España para el periodo 2023-2027.

Este proyecto de orden contempla, entre otras, la ayuda por la “gestión sostenible de superficies forrajeras pastables y apoyo a sistemas tradicionales de pastoreo trashumante”, de la que se pueden beneficiar ganaderos de ovino, caprino, vacuno y equino.

Para ser beneficiario de estas ayudas hay que reunir unas condiciones de admisibilidad y cumplir unos compromisos medioambientales y climáticos. A cambio, se percibe una ayuda de hasta 50 euros por hectárea de pastos, acogida a la medida, sobre la que se aplica degresividad, y que se incrementará en un 20% si el beneficiario se acoge a compromisos voluntarios, como la práctica de la trashumancia, o la protección de los rebaños con mastines.

Al margen de otros aspectos de la futura norma, ASAJA Castilla y León critica que se excluyan expresamente los pastos de uso en común, es decir, los que son titularidad de las juntas vecinales y de los ayuntamientos.

Esta medida, decidida por la Junta, que no responde a ninguna directriz ni de Europa ni del Ministerio de Agricultura, es responsable de que una buena parte de los ganaderos de Castilla y León, y en todo caso la práctica totalidad de los ganaderos de provincias como León, pero también de otras provincias de la Comunidad Autónoma, en especial toda la periferia, no puedan acogerse a esta ayuda que fomenta la ganadería extensiva en zonas desfavorecidas de montaña, lamentan desde la organización.

ASAJA hace un llamamiento a la consejería de Agricultura, al Partido Popular como socio principal de Gobierno regional, y al partido de Vox, como socio de Gobierno y responsable de la Consejería de Agricultura, para que retomen esta cuestión y, con el consenso de las organizaciones agrarias, aprueben unas ayudas que “no sean discriminatorias, que potencien la ganadería extensiva, y que ayuden de forma particular a las zonas más desfavorecidas del territorio de Castilla y León”.

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