El presidente de la Asociación Española de Productores de Almendra Ecológica y Convencional (AEPAEC), Rogelio Pardo, ha advertido que la almendra producida en la Unión Europea se encuentra en una situación de grave crisis de precios en origen, motivada por la competencia desleal de Terceros países ( EEUU y Australia) que producen más del 90 por 100 de la cosecha mundial de almendras a base de empleos masivos de agua y de la utilización de numerosos agentes químicos.
Costes de producción
La primera consecuencia es la imposibilidad real de competir mínimamente porque mientras los costes de producción han aumentado considerablemente los precios de compra de la almendra a los productores europeos se encuentran por debajo de los niveles PRE-COVID hasta el punto que en la producción Ecológica la disminución de ingresos supera el 45 por 100.
Indica que la segunda consecuencia es que muchas explotaciones, fundamentalmente las ecológicas, son inviables porque la mayor parte de los agricultores se ven obligados a vender a pérdidas por debajo de costes de producción.
El método de producción de esos terceros países supone unas diferencia abismales en la productividad del producto, mientras en España el 83% de las explotaciones son de secano y sin apenas agentes químicos con una producción media de 125 kg/ha , en esos terceros países.
2.500 kg/ha
la producción media llega a alcanzar los 2.500 kg/ha. La almendra que se produce en la Unión Europea, (el 85% en España, seguido de Italia y Portugal) es segura, sostenible y de calidad. Europa es la zona del planeta más exigente del mundo en seguridad alimentaria, sostenibilidad ambiental, sin embargo la competencia desleal de estos terceros países está ocasionando la ruina de los productores, la destrucción de algunas plantaciones y el abandono de otras.
Cultivos de secano
Mucho nos tememos que si no se adoptan medidas se verá gravemente afectada nuestra biodiversidad, especialmente en los cultivos de secano de las provincias españolas de Almería, Alicante, Murcia, Albacete y otras comarcas donde no hay cultivos alternativos y donde los almendros frenan la erosión, son un cortafuegos natural, especialmente donde se cultivan en terrazas y contribuyen a frenar la despoblación del medio rural, afirma.
A esto habría que añadir que las 830.000 hectáreas de la Unión Europea atrapan 18 millones de toneladas de CO2, aproximadamente la contaminación que emite una ciudad de 2 millones de habitantes. La almendra europea es básicamente una almendra de cáscara dura, lo que la hace igualmente más resistente a plagas y a otros agentes externos en los procesos de secado, almacenamiento y tratamiento industrial.
La almendra de las grandes potencias productoras son de cáscara blanda que la recolectan, la secan sobre la tierra, con riesgo de aflatoxinas por humedades, insectos y roedores y para combatir la plaga denominada “el gusano de la naranja“ han de recurrir a gasear las almendras dentro de sus naves de almacenaje.
Si la UE realmente piensa en los miles de agricultores europeos productores, en el medio y la población rural europea, en la seguridad alimentaria, en la biodiversidad y en la autosuficiencia alimentaria de Europa, debe aplicar el principio fundacional de preferencia comunitaria e imponer aranceles para compensar la competencia desleal que ha de soportar la Almendra europea. A tales efectos la UE consume cerca de 420.000 tn de almendra y unas 300.000 tn las importa.
No aplicar esta medida es anteponer otros intereses políticos y económicos de otros sectores en detrimento una vez más del sector primario que ha visto con carácter general como su población agraria disminuye ( En España en tan solo el último año el 7,53 % de su población activa ) entre otras razones porque las ayudas públicas se encuentran congeladas desde hace muchos años mientras los costes de producción se han multiplicado y se firman tratados de libre comercio con países con los que muchas veces resulta imposible competir.
El sector agrario no desea vivir de las subvenciones pero exige tener idénticas oportunidades para competir y estas son muy distintas desde todos los puntos de vista posibles, normativas fiscales, medioambientales, seguridad alimentaria, acceso a agua, etc.
Aranceles
Por todo ello, ruegan que las instituciones europeas aprueben que mientras subsista la competencia desleal y especialmente si EEUU impone nuevos aranceles a los productos europeos, se establezcan aranceles de al menos el 25 % a las importaciones de almendra americana.