Varios sectores se manifiestan en contra de la instalación de energías renovables en terrenos agrarios

Organizaciones agrarias, científicos, universidades, plataformas ciudadanas…

instalaciones fotovoltaicas en el campo

En las últimas semanas desde varios sectores se han manifestado en contra de la instalación de instalaciones de energías renovables sin control, alertando que “el actual proceso acelerado y desordenado de expansión de las energías solar y eólica en España puede acabar produciendo daños irreversibles a la biodiversidad”.

Así se han expresado científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de diversas universidades públicas y a otros organismos de investigación, entre los que se encuentra el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC, UCLM, JCCM).

Áreas agrícolas

Indican que los nuevos proyectos afectarán a suelos baratos, mayormente áreas agrícolas marginales ocupadas por cereal extensivo de secano o áreas de media montaña, ambas con alto valor ecológico.

En Castilla-La Mancha, un grupo de ciudadanos ha realizado una recogida de firmas contra la instalación de proyectos de energías renovables en terrenos rústicos o parajes naturales de especial relevancia, que ya han remitido al presidente de la Junta de Comunidades y notificado a los diferentes grupos parlamentarios. Además, Juan Portillo, economista y firmante del manifiesto “Por una transición ecológica justa” ha participado en la cadena de televisión Negocios TV explicando el rechazo a estas instalaciones.

También han presentado alegaciones al borrador de “Anteproyecto de Ley de Medidas Económicas, Sociales y Tributarias frente a la despoblación y para el desarrollo del medio rural en Castilla-La Mancha”.

Indican que la región tiene la mayor superficie de parques solares fotovoltaicos de toda España y es la segunda en energía eólica, pero, a pesar de ser conocidas como “limpias y sostenibles, se oculta su efecto negativo sobre la cobertura vegetal que destruyen estas instalaciones y que afectan irreversiblemente al paisaje, a la biodiversidad de la zona y alteran las actividades locales como agricultura, ganadería, pastoreo, caza o pesca”.

En regiones como Castilla y León advierten de que estas instalaciones pueden motivar que unas 60.000 hectáreas de agricultura y ganadería se vean afectadas por proyectos de este tipo. Lógicamente, esas hectáreas no podrán ser ni cultivadas ni aprovechadas por el ganado.

Y desde EHNE-Nafarroa, sindicato agrario de Navarra y País Vasco, han exigido que se blinden los terrenos de cultivo frente a las macro instalaciones de macroplantas de energías renovables que se quieren proyectar en estos territorios. Indican que “el suelo productor de alimentos es el patrimonio más importante de cualquier sociedad y así es como se debe preservar, estando obligadas las diversas instituciones a establecer medidas legislativas en tal sentido”.

 

 

 

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